A partir del 1 de septiembre de 2012, dejarán de distribuirse por los fabricantes, las bombillas incandescentes en toda la Unión Europea, un gesto con el que los Veintisiete pretenden fomentar el ahorro de energía. Las tradicionales se podrán seguir vendiendo en los comercios y usando las que ya están en circulación.
Con este paso se pone fin al periodo transitorio de adaptación a la nueva normativa, que se inició en septiembre 2009 con la retirada de las bombillas incandescentes de más de 100 vatios y continuó con el fin de la comercialización de aquellas con una potencia mayor de 75 y 60 vatios en 2010 y 2011, respectivamente.
Los consumidores podrán sustituirlas por bombillas fluorescentes compactas de larga duración (que ahorran un 75 % de energía) o las halógenas, equivalentes a las incandescentes en la calidad de iluminación y que consumen entre un 25 y un 50 % menos.
Las modernas lámparas LED, se perfilan como las sucesoras naturales de las incandescentes por su calidez, su larga duración, su encendido inmediato y su eficiencia, ya que pueden permitir ahorrar hasta un 70 % de energía.
Esto también tendrá un importante impacto sobre el medio ambiente, ya que se reducirán los residuos generados por la iluminación gracias a la mayor duración de las bombillas y disminuirán las emisiones de dióxido de carbono.
Página web sobre Energía de la Comisión Europea – Bombillas de bajo consumo
Vídeo «Better light with less energy»